En Bracka, 3, 31-005 Kraków, una calle en el centro de la ciudad, corta y sinuosa pero con mucho encanto, se encuentra este café especial.
Siempre me gusta visitar los cafés de las ciudades o pueblos que visito.
Siento que son un referente de la cultura, usos y costumbres de un pueblo. Allí nos reunimos a charlar, quedar o tomar un café, en definitiva a socializar o a observar a la gente.
Este es un lugar insólito. Parece sacado de los tiempos de la 2ª GM. Como si fuera un reducto de la Resistencia.
Antes de acceder al café hay una especie de telefonillo automático que al pulsar te hace sonar una canción. ¡Es alucinante!
Carteles antiguos, cuadros y retratos de familia, carteleras de cine, pintadas, tapices, jarrones...
Multitud de objetos en un local con recovecos, piso superior a la vista con barandillas, salón bajando un escalón y baños mixtos.
No hay servicio de mesas. Haces cola en la barra y un señor grande con barba te sirve y prepara todo lo que tu quieras de su oferta.
En una pizarra aparecen las especialidades. También sirven vodka, la bebida nacional.
Vi que tenían chocolate y en una mesa cercana estaban tomando una tarta con una pinta estupenda.
Esa fue mi elección.
La tarta era de manzana con crema y te ponen la nata aparte para el chocolate. Una delicia.
También probamos el chocolate con un chupito de cherry vodka, aunque lo ponen con otros licores como Bayley´s, whisky...
Aunque es un café, los chicos tomaron cerveza.
Un lugar que te transporta a otras épocas y en el que estuvimos muy a gusto durante un buen rato de descanso.
Rincones con encanto y muchas frases escritas a mano. no llevábamos bolígrafo para escribir algo (y nos daba apuro, todo sea dicho).
Comentarios
Publicar un comentario