La Tomasa O La Tasca Para Comer Bien De Raciones En La Pradera O Valsaín (Segovia)

La Tomasa es un establecimiento muy conocido en los pueblos de La Granja y Valsaín. 

A la salida del pueblo, dirección a La Granja, a la izquierda, se encuentra esta casita que lleva toda la vida dando de comer.

Ya desde la mañana ofrece cafés con leche, en vaso de caña, como en los bares de siempre. Es un gusto ir caminando desde La Granja y parar a tomar un café para proseguir con la caminata.

Te ponen incluso un pinchito de tortilla con el café o el refresco. Detallazo de los buenos.

A la hora de la comida te puedes sentar dentro o fuera en su terraza (si el tiempo lo permite porque estamos en la sierra) y comer caserito de maravilla. 

Sus mesas con mantel de cuadros rojos y blancos tienen todo el tipismo de una tasca o bar:

Puedes empezar por una sopa de cocido o sopa castellana:

Tienen los clásicos de la zona: chorizo frito, morcilla, picadillo, croquetas de jamón...

Y los huevos fritos con patatas caseras acompañados de lomo, chorizo o lo que más te guste.

Las salchichas de carnicería cortadas en trocitos son una delicia que te transporta a la infancia.

También son ricos los postres. El tiramisú y el arroz con leche están muy buenos (mejor el primero)

Por unos 16-20 € por persona se come estupendamente. 

Una estupenda comida familiar con sabor a pueblo.

Comentarios

  1. Un día sí y otro tampoco. Así es la vida.

    El verano en Valsaín es como es. Tranquilo, amable, silencioso, relajantemente aburrido, largo, largo.

    Amaneceres frescos, de recorridos por los bosques. A mediodía el sol impenitente exige buena sombra hasta enlazar con la perezosa siesta. Paseo largo a la caída del sol, disfrutando del lento anochecer mientras baja el termómetro y aparece la luna.

    Agota el intenso sabor de no hacer nada, el sentir sin pausa la urgencia de pasar a la innecesaria tarea siguiente. No hay nada que canse mas. Y tiro porque me toca.

    Lo mejor, la gente. Abierta, amable, plena de afecto. Población autóctona, residentes sobrevenidos, visitantes reincidentes u ocasionales, practican la relación fácil, cercana y amistosa, la elegancia de la solidaridad espontánea, desinteresada.
    Respirar el aire serrano, limpio y puro, compartir el agua suave, ligera, incontaminada, disfrutar todos del paisaje tan acogedor, debe influir en ese positivo comportamiento colectivo.

    Recomendable el ejercicio de comer rico, deporte fácil de practicar en Valsain. Cualquiera de la docena de lugares que ofrecen su cocina, su buen hacer y profesionalidad, hacen la vida más sabrosa y la estancia más grata. El que sabe, sabe y todos ellos saben mucho.

    Un día singular
    ****************

    Día a día, el muestrario de verdes, de a poco, torna en gamma de amarillos, en paleta multicolor y anuncia el declinar del verano. Lento, lento, o de repente, se presenta el otoño. Queda la nostalgia de los días luminosos, interminables. Todo acaba.

    Esperemos, con toda la fuerza de la esperanza, el encuentro con Valsain y su verano.R

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