Es una gozada visitar restaurantes típicos que te muestren la cocina típica de cada ciudad o país en un entorno cómodo y tradicional.
En la calle Podwale, 25, Varsovia, que da nombre al restaurante, hay un edificio que llama la atención y allí entramos a comer.
El restaurante lleva en funcionamiento desde el año 2001, aunque parece que han recreado la esencia de las tabernas tradicionales con buen gusto.
Hasta en la entrada tienes un camión de reparto de cervezas antiguo.
Tienen muchos salones donde degustar sus especialidades al más puro estilo bávaro.
Imagino que en invierno, con el frío polaco, se estará super bien en estos salones enormes.
Nosotros preferimos sentarnos en la terraza de su hermoso patio interior pues hacía muy buen día.
El ambiente era distendido, de fiesta, con mesas con manteles de cuadros rojos y blancos y camareras vestidas de bávaras.
Las cervezas de tanque son inmensas. Mientras mirábamos la carta con las especialidades nos bebíamos esa cerveza Pilsner.
Empezamos por entrantes fríos como el surtido de carnes y embutidos servidos con salsa de rábano picante, remolacha roja y manteca de cerdo húngara de Mangalica servida con un chorrito de vodka.
La sopa de setas silvestres se nos antojó y fue un acierto: estaba deliciosa.
No podían faltar los pierogi, los tradicionales "Wilénskie" con queso y patatas y los rellenos con col y setas polacas.
La ensalada "shopska" con queso búlgaro nos permitió "bajar" un poco tan contundente comida.
Vimos que en todas las mesas pedían el Codillo de cerdo asado crujiente (golonka) servido con mostaza y rábano picante fresco.
De guarnición las patatas a la sartén con tocino:
No tomamos postre; estábamos llenos. Pude verlos en una vitrina y tenían muy buena pinta. ¡otra vez será!
Nos agasajaron con un licor como de cerezas, como el ucraniano.
Nos gustó mucho todo: el ambiente, la contundente cocina tradicional, los precios económicos...
Una buena recomendación en Varsovia, en la calle enfrente de la muralla en pleno centro.
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