Creo que fueron los primeritos de Madrid en abrir una taberna japonesa cuando todo el mundo pensaba que la cocina japo se reducía sólo al sushi.
En la C/ Mesonero Romanos, 17, al ladito de la Gran Vía, puedes tener una aproximación a la comida nipona sin salir de Madrid.
El ambiente recrea un mercado callejero y taberna izakaya con sus farolillos y mesas altas o bajas.
Nosotras reservamos en el salón interior con mesas tradicionales japonesas, pero con truco. Tienen un hueco bajo el nivel del suelo para que al sentarte metas las piernas y te sientas (nunca mejor dicho) como los japoneses.
Muy original, aunque la música de los años 80 muy alta no pegaba nada. Les pedimos si podían poner música japonesa y nos dijeron que ya la habían puesto antes... vaya.
Pedimos cerveza de allí, (Asahi) que nos sirvieron con edamame, y nos zambullimos en una carta de mercado callejero.
Cenamos Vieiras kobujime maceradas muy ricas, las de la foto que ilustra la entrada.
Las famosas bolitas de pulpo Takoyaki con katsobuoshi o atún seco en lascas, deliciosas:
Y terminamos con unas Gyozas de setas que fueron lo más flojo a mi gusto.
Los postres de Panda Patisserie en un mostrador en el interior del restaurante son una oferta magnífica.
Preguntamos cuál elegir, si la Soft Cotton Cake o el París-Brest de pistacho y esa fue la ganadora:
Conclusión: buena relación calidad/precio.
Quizás le haría falta una remodelación pues hay partes que se notan un poco antiguas y les haría falta un lavado de cara.
Horario: Todos los días de 13:00 a 00:00 y viernes y sábados hasta la 1:00.
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