Siempre que viajamos a una ciudad del mundo, España o extranjero, intentamos mirar algunos sitios donde comer bien y descubrir la gastronomía de la zona.
Por eso, Nacho vio este restaurante con buena puntuación, que aparecía recomendado en la Guía Michelin y que no era caro. Así que, tenía todo para conquistarnos.
Se ubica en un edificio, el antiguo juzgado comercial con puertas y bancos originales, en la 74 Rue d´Espagne, 64100 Bayonne, Francia, en una localización muy céntrica enfrente de la catedral.
Es un restaurante precioso, con un interior con una decoración impactante:
Y una terraza maravillosa con salida a un patio interior enorme.
Nos sentamos fuera pues la noche era agradable sin ser excesivamente cálida.
Tenían una bodega estupenda, con muchísimas referencias, sobre todo de viticultores independientes.
Nos costó elegir el vino, pero nos decantamos por uno diferente.
El elegido fue un Burdeos rosado. Nunca habíamos probado un vino rosé de Bordeaux, así que, nos pareció ideal para una cena de verano.
Era el PIMP de 2024, con uvas Cabernet Sauvignon (30 €).
Nos sirvieron el pan, el delicioso pan francés de masa madre hecho allí mismo:
Y empezamos con los platos, todos elaborados con productos eco, de temporada y de proximidad.
La Mozzarella de la Ferme Urtetia, con tomates y aceite de caléndula o clavelina ( 15 €). Estaba bien, pero era una mozzarella sin más de una granja de proximidad con seis trocitos de tomate cortados en gajos. Nos defraudó un plato tan escuálido.
Luego probamos el Aguachile de atún blanco, zanahorias, pepino y aceite verde ( 17€). Otro plato bastante insulso.
El atún macerado cortado tosco pero soso, con rodajas alargadas de zanahoria cruda y pepino cortadas en crudo con mandolina y servidas sin más. Le faltaba mucho sabor.
El pan Bao de carne picada especiada con pepinillos, kimchi y sésamo o gomasio negro (16 €) era un plato muy vulgar. De nuevo no hubo sorpresas agradables. Un bao con filete ruso y una presentación nada bonita.
El Cabecero de ternera con patatas con salsa Gribiche que es una salsa francesa de Normandía como una mayonesa de hierbas con mostaza y alcaparras (17 €).
De platos salados finalizamos con el pescado del día (ese día era besugo) con judías verdes a la brasa, con salsa cremosa de judías negras con miso, tártaro de algas y beurre blanc (26 €). Rico, pero de nuevo le faltaba fuerza.
Estábamos muy decepcionados, así que, intentamos acabar con un dulce final. Pedimos dos postres, un arroz con leche a la vainilla de Madagascar con almendras al caramelo (9 €), que estaba francamente rico con una leche como merengada:
Y el Esponjoso a la flor de azahar con cremoso de albaricoque (11 €), también delicado y delicioso.
Nada estuvo mal pero tampoco nos conmovió. Una pena. Quizás nuestras expectativas eran mayores.
Aunque el producto era magnífico, había que elevarlo aún más.
Comentarios
Publicar un comentario