Ten Con Ten O La Cocina Elegante Y Cosmopolita


Este prodigioso lugar, punto de encuentro de gente guapa para ver y ser vistos, donde comer muy bien, beber genial y tomarse una copa o cóctel para prolongar la velada hasta tarde en medio de una música elegida con cuidado, lleva abierto desde mayo de 2011.

Los asturianos Sandro Silva y Marta Seco son los artífices del éxito de un buen puñado de restaurantes (El paraguas fue el primero, también Ultramarinos Quintín, Amazónico, Numa Pompilio...) siempre llenos, decorados con mucho estilo y donde se come muy bien.

Su ubicación privilegiada en pleno barrio de Salamanca, en la C/Ayala, 6, casi en Castellana, hace que sea un imprescindible para clientes internacionales o españoles, famosos o no, empresarios, modelos, infuencers, deportistas o gente del faranduleo que quiere practicar un poco de "postureo".

Para cenar en fin de semana tendrás que reservar con tres semanas o un mes de antelación, pero a diario y al mediodía es más fácil encontrar mesa.


Yo me acerqué un lunes al mediodía con mi madre, en plan tranquilo, y por eso nos decidimos por el salón interior que da al patio y que tenía menos "mogollón". A ella le encantó. Le pareció "pijo" pero valoró muchos detalles que hacen de un restaurante un sitio al que regresar.

Los manteles de hilo, una cubertería estilosa y un servicio impecable son algunas de las características que les diferencian de otros restaurantes (eso se nota en el precio final, claro)

Nos sirvieron unas aceitunas gordal aliñadas mientras nos decidíamos al leer su extensa carta. Luego nos trajeron unos vasitos de crema de calabaza como aperitivo.


Para compartir pedimos unas Zamburiñas Ten con Ten, que estaban exquisitas. En la propia concha, sobre un lecho de sal verde, te sirven la carne del molusco picada con cebolla, tomate y un toque de nata y gratinadas:


Luego pedimos las dos pescado. Mi madre eligió los chipirones con brotes de ajos tiernos:


Y yo flipé con el pez raya a la mantequilla de trufa:


De postre sólo pedí una torrija de coco sobre pan de brioche (9 euros). Mi madre, que es una torrijera de pro, un poco talibán de la torrija y que elabora las mejores torrijas del mundo-mundial, dijo que eso no era una torrija. Es cierto. No era la torrija convencional, no estaba frita en un bañado de huevo. La leche en la que se empapa el pan de brioche era de coco y no de vaca y en lugar del espolvoreado final con azúcar y canela sólo estaba tostado con soplete la capa superior, crujiente de coco rallado. pero a mi me encantó...


Un placer de comida. Sólo pedimos una cerveza al principio y bebimos agua, pues yo tenía que conducir después y trabajar.


La factura final, sin vino: 45 euros por persona. Quizás os parezca un poco caro. Tenéis razón en que uno no puede permitirse a menudo este precio (yo no, a mi  pesar), pero todo el pack (producto, cocina, ambiente y ubicación) lo merece.


Para darse un homenaje y estar en el "place to be".

Comentarios