Beata Pasta O La Gloriosa Pasta En Madrid

No hay persona a la que no le guste un buen plato de pasta en alguna de sus miles de versiones.

Por eso, un restaurante especializado en este manjar italiano elaborado tan sólo con harina y agua y acompañado de una salsa sabrosa es una idea magnífica.

Ciro Cristiano, artífice de Baldoria (pincha aquí para ir a la reseña) tras su paso por el mítico BelMondo, abre ahora un nuevo local en Madrid que arrasa en las RRSS.

Localizado en plena Glorieta de Bilbao, 4, Chamberí, 28010 Madrid, lo identificarás por la cola en la plaza.

La estética está muy bien cuidada: tonos blancos y amarillos con toques azules, mesas altas con taburetes y bajas con tapa de cerámica, neones curvados en el techo con vigas de metal en blanco, obrador de pasta fresca a la entrada en directo y cocina vista al fondo de la sala.

Todo ello con un resultado limpio, fresco y artesano. Muy bien pensado.

Empezamos con las archifamosas Croquetas clónicas del BelMondo, las Croquestar, aquí llamadas Cacio & Tartufo de bechamel con salsa de trufa de los Abruzos y lardo rosa di Gombitelli (7,90 € por tres piezas, pero puedes añadir alguna más individualmente). Deliciosamente cremosas y lácteas:

Luego pasamos a las platos de pasta. Teníamos serias dudas en la elección, así que pedimos cinco platos para los cuatro y así hacer una buena ronda de inauguración.

La Pistachio Love (11,90 €) con mafaldine y pesto de pistachos y albahaca con stracciatella de Puglia:

Los Ravioli a la Sorrentina, una docena de ravioli rellenos de ricotta al limón con salsa de tomate San Marzano, fior di latte y aceite de albahaca (12,90 €):

Los Tagliol-ink (14,90 €) o taglioni al negro de sepia con calamares estaban espectaculares también.

No podía faltar el plato de control, que en este caso era la Carbonara, con tornarelli y la salsa genuina de yema de huevo, pecorino romano, guanciale y pimienta (11,90 €), exquisitos:

La última elección fue la Call me Mama (14,50 €) con papardelle XXL con ragú tradicional napolitano de ternera y cebolla confitada lentamente.

Todos estaban bordados. Ninguno nos pareció mal ejecutado. La pasta exquisita con el punto correcto, raciones abundantes, salsa para mojar pan y sabores excelsos.

De postre sólo quisimos los Cannoli al pistacho, los tradicionales rollitos sicilianos de masa frita rellenos de ricotta con granillo de pistacho (6 € tres unidades).

Realmente una comida fabulosa. Hacía tiempo que no salíamos tan satisfechos de un restaurante.

Además, tras la experiencia no muy buena en Baldoria hace un año, necesitaba reconciliarme con Ciro.

Ah, por cierto, no dejes de bajar a los efectistas baños forrados de espejo.


Intenta encontrar el grifo del lavamanos...



Comentarios