Aunque ya tenía este local en mi punto de mira, quiso la fortuna que en un sorteo en Instagram me tocara un premio de una cena para dos personas en esta bonita taberna.
Su nombre ya indica su localización: Plaza de Tirso de Molina, 5, 28012 Madrid.
El precioso espacio tiene una planta baja más coqueta e íntima de ladrillo visto, con sofá rojo corrido y lámparas retro y en el que nos instalaron para nuestra cena.
En la planta principal hay una barra enorme que recuerda a las tabernas de antaño, con sus grifos de cerveza, sus vinos blancos en frío, su piso de baldosa que recuerda a la hidráulica y sus taburetes con mesas altas para el aperitivo o el picoteo.
Nosotros nos decidimos por las raciones. Como somos croqueteros no podía faltar la ración de seis unidades de Croquetas Fetén, de jamón ibérico, chuletón y chipirón, que estaban deliciosas (12 €).
Las Setas crujientes con ali-oli (10 €) fueron otro de los platos elegidos, muy ricas:
Y, por último, ya que al ser cena y el día del padre habíamos salido a comer fuera también, los Gambones al ajillo (16 €) que nos recordaban a tiempos pasados:
De postre queríamos algo ligero y pedimos Helado de leche merengada (6€):
Muy rico nos supo todo, nos encantó la taberna y el servicio fue muy amable. ¡Volveremos a probar más cosas de su carta!
PD. Mis consabidas fotos de baños del local que muestran (o no) el interés por la comodidad del cliente.
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