La definición de "Figón" según la RAE es: establecimiento de poca categoría donde se sirven comidas y bebidas.Sería similar a una taberna o mesón. Lo que ya no resulta tan adecuado en esta definición es la referencia a la "baja categoría".
En el centro en la C/ Lope Tablada, 6, del precioso pueblo segoviano de Sepúlveda se encuentra este restaurante que regentan los sucesores del antiguo Figón de Tinín abierto en 1850 y que ha pasado de padres a hijos desde hace seis generaciones.
La especialidad de la casa son los asados de cordero en horno de adobe y con fuego de leña. La materia prima es la mejor posible: cordero lechal de raza churra procedentes de La Pedriza, Sepúlveda y aledaños del río Duratón, con ovejas alimentadas de pasto natural.
Al sentarte en el austero comedor segoviano, no te pasan la carta. Sólo te preguntan qué quieres beber.
Allí todos/as vamos a comer el cordero asado con su piel tostada, la ensalada de lechuga, tomate y cebolla y a disfrutar con media hogaza de pan de pueblo y jarra de vino de Ribera del Duero.
Nos sirvieron un cuarto de cordero que no pudimos terminar entre dos por falta de costumbre. Pude que hayan pasado más de cuatro o cinco años desde que comimos cordero asado (yo sólo lo como en Segovia).
Estaba delicioso, tierna la carne, sabroso y churruscada la piel.
De postre pedimos el flan de huevo y ponche segoviano tradicional, ambos caseros.
Además, nos hizo mucha ilusión regresar al figón y recordar los momentos compartidos hace años con la familia.
El precio por persona rondaba los 30-35 €.
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