Naked & Sated O La Cocina Sana Sin Añadidos En Madrid Y Bilbao

 


Ellos se definen como Cocina sin remordimientos y eso es lo que te provoca comer en sus locales. Con cuatro locales, uno en la ciudad de Bilbao y otros tres en Madrid, están asegurando el éxito con su propuesta healthy en una cocina non-stop.

Nosotros nos acercamos al local de la C/ Serrano, 110, 28006 Madrid que tiene una terraza enorme. 
Reservamos un domingo a las 12:00 con la idea de hacer un brunch (breakfast+lunch) y salimos muy satisfechos.



El local es informal, con mesas desnudas de mantel o individuales (a mi me gusta más un individual, aunque sea de papel, pero imagino que así también controlan el exceso de papel desechado), loza sencilla y pocas concesiones al exceso.

Sus platos están exentos de azúcares añadidos, gluten, harinas refinadas, sin frituras. Puede que la comida pierda un poco de sabor, pero gana en conciencia.

Pedimos el singular e instagrameable gofre de tortilla de patatas con huevo y aguacate:



La galette o crepe con huevo y aguacate en el brunch clásico y otra galette de salmón fuera de carta:


Las galletes están elaboradas con trigo sarraceno, como las crepes bretonas. El trigo sarraceno es un cereal sin gluten, así que estas galettes las pueden comer las personas con intolerancia al gluten o celíacas.

Las acompañamos con unas bebidas smoothies. La Yellow Energy con mango, plátano, piña y cúrcuma que nos dicen que además de ser energético ayuda a la síntesis de proteínas y es antiinflamatorio, y la Red cardio Strong con frambuesas, remolacha, sandía y fresas que favorece la circulación, estimula el corazón y eleva el ánimo.


Como yo tengo ansia por probar todo, elegí el Bruch Brutal (18 €) que también tenía un Bowl a elegir y me decanté por el de yogur con spirulina azul (Blue Majik) anacardos, dátiles, almendras, bayas goji, pasas, coco, plátano y fresas:


Por último llegaron los cafés, con leche normal o vegetal, servidos obviamente sin azúcar, y acompañados de los Donaked o donuts artesanos sin harinas refinadas ni fritos. Yo pedí el MATCHA, hecho de boniato y jengibre cubierto de una capa de crema de té matcha y también en el otro brunch clásico estaba incluido otro, que fue el de CHOCOLATE TRIPLE CHOC relleno de crema de cacao casera y cobertura de chocolate:




Todo nos gustó. Se pierde, como decía antes, un poco de sabor, pero ganas por el hecho de saber que comes más sano.

La única pega fue un servicio lento. Se demoraron más de la cuenta, pese a que el local no estaba al completo. Puede que fuera también por el servicio de delivery, no sé, pero n o tenían nada de prisa en servir.



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