Yo me rindo ante una buena croqueta. Realmente me resulta irrelevante el sabor o tropezón que se le añada a la bechamel. Lo importante es conseguir una textura semilíquida o muy cremosa y añadirle unos ingredientes de primera que se detecten bien.
Si a esta croqueta le añades el saborearla en un lugar precioso, en el que el entorno te predispone a disfrutar, entonces la experiencia es total.
Esto es lo que me ocurrió en Patio de Leones, local perteneciente a Ramsés y ubicado en plena plaza de la Independencia, sí, sí , la de la Puerta de Alcalá (C/Serrano, 1, 28001 Madrid).
La terraza estaba abarrotada (habrá que reservar para otra ocasión) y dentro había mucho sitio. Nosotros solo queríamos tomarnos un vino o una cerveza con algo menudo para picar y por eso únicamente nos zampamos las croquetas. No puedo opinar de otras delicias que ocupaban la carta.
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El local está decorado con absoluto gusto al estilo castizo de taberna con azulejería como la de antaño. El asunto es que está actualizada con personajes emblemáticos españoles. Lázaro Rosa-Violán firma la impactante decoración.
Los baños asemejan al Patio de Leones de la Alhambra de Granada. Mirad qué preciosos:
Otro día, y ya con reserva, nos acercaremos a probar la ensaladilla rusa, las rabas y otras cositas de picoteo ibérico.
Aunque parece montado para turistas, es un lugar muy bonito para comer, cenar o picar algo. La terraza da justo a la Puerta de Alcalá, así que, ¡menudas vistas!.
Los precios, eso sí, y por eso, un poco elevados.
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