He de confesaros que el pan me pierde. He salido a mi padre, que era capaz de mandarnos a cualquiera de sus hijos a comprar una barra de pan al bar de enfrente si no había quedado pan para la cena.
Entonces, cuando era niña, se compraban tres barras de pan diarias que nos zampábamos entre los seis miembros de la familia. Al salir del colegio al mediodía era yo la encargada de ir a comprar el pan a diario.
Ahora ya no compramos tanto pan como se hacía antaño. Yo reconozco que, aunque me encanta, no siempre compro pan a diario, pero los fines de semana me lanzo a la calle o lo compro cerca de casa.
Por eso, siempre es una buena noticia encontrar una nueva panadería o descubrirla por casualidad, como nos ocurrió en el paseo matutino del confinamiento. Se encuentra en la C/ Fernán González, 46 Madrid, cerca de Retiro y estuvimos gustosamente esperando más de media hora a que los clientes entráramos disciplinadamente de uno en uno y guardando la distancia de seguridad.
Su bollería es espectacular. Compramos croissants que tenían un hojaldrado delicioso:
También probamos los ultra-novedosos CRUFFINS, un cruce o híbrido entre croissant + muffin o magdalena, importada la idea de USA, y en este caso relleno de crema de limón que estaba de delirio:
Cuesta elegir el pan que vas a llevar. Es tanta la oferta que marea.
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| Barra de pan parisina |
Probamos estos dos panes que estaban exquisitos. La barra de pan con nueces y pasas nos la cortaron en la tienda y nos aguantó estupendamente para las tostadas del desayuno unos cuantos días. Ni os cuento cómo está de rica con acompañamiento de quesos.
En fin, una gozada de panadería que está siendo reconocida en Madrid y a la que acudimos los devotos panarras.
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| Pan de pasas y nueces |
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