Nunca es mal momento para comer un helado. A mí, por lo menos, nunca me lo parece. Aunque, como este día, la temperatura sea de 2º C, sea de noche y me lo coma por las calles del bello pueblo escocés de Pitlochry.
El local es una tienda chiquitita en la última esquina del famoso pueblo visitado por la Reina Victoria.
No tenían mucha variedad, pero me llamó la atención un sabor nuevo y, taaan propio de la zona, que no pude resistirme:
Ahí lo tenéis: helado real de whisky de un solo malteado de las Highlands. ¡Toma ya! Sólo de probarlo ya me salió la falda escocesa o kilt...
El helado sabía a Bailey´s, ese dulce licor de whisky. Una pasada! Aunque no se lo sirven a menores de dieciocho, of course!
Ya veis, siempre es un buen momento para probar un nuevo sabor helado. La lástima es tener que ir a Escocia a probarlo...
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