Hay costumbres importadas de otros países que llegaron hace años para quedarse. Una es la comida rápida o fast-food, que nos soluciona en las grandes ciudades aunque no sea todo lo saludable que debería.
Otra es el brunch, palabro formado de la unión de breakfast + lunch o bien desayuno + comida o almuerzo. Los americanos lo llevan practicando décadas, pero nosotros lo vamos incorporando poco a poco a nuestra rutina.
Por eso os propongo un planazo de domingo: ir a desayunar a Pum-pum Café y luego dar una vuelta por el cercano Rastro madrileño. Se encuentra en la C/ Tribulete, 6, 28012 Madrid.
Al ir caminando pasa desapercibido, pues son esas dos puertas, sin cartel ni nombre, las que dan la entrada al café. Creo que antiguamente tenía su nombre, pero un grafitero lo ha jorobado.
No hay reservas, así que, espera a ser atendido en cuanto quede una mesa libre. Es un local con aire rústico con ladrillo visto y sillas descasadas de colegio. Es pequeño, así que aunque se está apiñado, eso no supone inconveniente para rendirse a su magnífico brunch ecológico.
El brunch vale 10 euros y consta de:
La foto de arriba muestra los zumos con la media luna o croissant y los tarritos de granola bio, con frutas, galleta granola triturada y yogur, todo bio.
Los huevos benedictine servidos sobre una tosta de aguacate con su salsa holandesa estaban de escándalo:
Y quisimos probar sus tartas, porque somos unos gochos...
Las elegidas fueron la carrotcake o tarta de zanahoria:
Y el delicioso brownie casero con helado de vainilla:
Riquísimos y raciones muy contundentes, para derretirse de placer.
Imprescindible brunch por su relación calidad-precio. No te lo pierdas!!!
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