Charlie Champagne O La Canalla Alta Cocina En Madrid


Aquí está Carlos Durán (o Charlie Champagne) preparándonos el maravilloso postre Pink Panter o Pantera Rosa. He querido comenzar la entrada con el artífice de esta cocina canalla, imaginativa y deliciosa, que prepara en su local cercano al viaducto madrileño, en la C/Segovia, 17.

Ha sido capitán de la Selección Española de Cocina (nuestra camiseta roja en el mundo de la cocina) en 2013 y hoy es su Director. También atesora un montón de premios nacionales e internacionales y ha sido jurado del Bocuse D´Or recientemente.

El currículum de Carlos apabulla, pero a mi lo que me sorprende y maravilla de este gran chef es su capacidad de trabajo y su presencia continua y seria en su cocina y su sala.


Su antigua taberna canalla ha sido sustituida por este local más elegante y cosmopolita, decorado en tonos blancos y con veladores para dos con sofá circular, como el que nos tocó a nosotros,  al lado de la ventanita desde la que salen los platos de cocina y puedes ver al chef terminando los platos.



Un entorno moderno, pero estiloso, en el que mostrar sus creaciones.


Probamos dos entrantes que nos encantaron, pero yo no podía empezar sin pedir la Ostra natural con espuma de champagne y un alga salicornia que estaba exquisita:


El entrante de carne era unos pies de cerdo deshuesados con foie y frutos secos:


Y el de pescado (cortesía de Carlos) fue un Tiradito de pez mantequilla con curry rojo, piña y huevas de pez volador que estaba sublime:


Como principal comimos un arroz con avellana y trufa (confieso que soy muy arrocera y me encanta probar los arroces de todos los sitios) que estaba de delirio. De lo mejorcito que he probado en arroces en mi vida:



Todo ello acompañado, claro, de Champagne Sanger.

El postre, por recomendación de Carlos, fue la antes nombrada Pantera Rosa. Se trata de una recreación muy personal del chef del bollito rosa que tomábamos en nuestra infancia y que a él, nos contaba, le recordaba a las peleas con su hermano por coger un trozo mayor.


Bajo el algodón de azúcar se escondía una quenelle de crema de chocolate blanco-rosa y la arena obtenida por el sifón nitro eran como las migas del bollito. Desde luego, de una belleza y un sabor espectaculares.


No tomamos café pues teníamos un poco de prisa, pero nos quedamos con ganas de más Charlie Champagne.

Además, pudimos beneficiarnos en los platos de un 40% gracias a El tenedor, así que volveremos a dar otra vueltecita a la carta y a probar su cerveza achampanada.

Mil gracias Carlos por tu amabilidad. 

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