Julio Zhang, el exitoso chef chino con estrella Michelin en Soy Kitchen que lleva deleitando a su clientela desde hace más de diez años, ha creado una sucursal más económica para que todo el mundo pueda probar sus creaciones.
En la C/ Ayala, 87, Salamanca, 28006 Madrid, se encuentra esta pequeña taberna toda en rojo y negro donde disfrutar de la más auténtica cocina china.
La idea es modernizar recetas chinas, utilizar la experiencia del chef cocinando en España para fusionar recetas e ingredientes y degustar y conocer platos variados y distintos de distintas zonas de China.
El local alude en sus paredes al famoso chili crab y te muestra otras pinturas de sus platos.
Por eso, en una primera visita nos centramos en los best sellers del restaurante.
Acompañamos con cervezas asiáticas:
Empezamos con la Garra Dragón o pasta Wonton con carne picada y gamba picada en un sabroso caldo de Sichuan (9 €). Buen comienzo de la sinfonía de sabores:
Los Churros que es el nombre de los churros chinos o pasta frita con gambas y salsa brava rematado con hilo de cerdo seco (10€). Era crujiente y sorprendente.
No podían faltar los Duck Dumpling, cuatro unidades de un dim sum jiaozi hecho en casa con relleno de pato estofado (9,5 €). Increíblemente rico.
Me recordaban a los famosos dim sum de Ding Tao Fung.
El Ban Mian LAS VENTAS consistía en noodles de arroz artesanos con rabo de toro Sichuan Style (14,50 €) o cómo unir Córdoba y Sichuan en un plato:
Las Tiras de ternera al estilo Hong Kong (13,50 €) estaban al punto de crujiente y picante. Exquisitas.
Y finalizamos con el Chili Crab in Madrid (18,50 €) o cangrejo azul al wok con una salsa increíble y acompañado de arroz jazmín.
Es un poco incómodo para comer pues te pones tibia con la salsa y el chuperreteo de las patas de cangrejo, pero estaba muy rico y es entretenido.
De postre probamos sus Mochis de cheesecake con helado de sésamo (8 €). Muy delicado.
El servicio súper amable y con la sonrisa puesta toda la comida. Aunque continuamente entran a por los pedidos del delivery, no se demora el servicio aunque haya un solo camarero.
Los baños con estética china en los mismos tonos rojos.
Ya estoy deseando regresar a probar otras propuestas de la carta que dejaremos para más ocasiones.
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