Muy cerca de Matadero, en la C/ Maestro Arbós, 15, Arganzuela 28045 Madrid, se localiza este restaurante pequeño pero con encanto.
El nombre deriva de una variedad de zanahoria que el abuelo del chef Álex Atienza cultivaba en un huerto de la zona y que luego transportaba al mercado de verduras de Legazpi (justo enfrente del restaurante y ahora en rehabilitación).
Tiene dos zonas diferenciadas para los comensales con la cocina vista como eje central.
El comedor de mesas bajas estaba lleno y nuestra reserva (imprescindible) la conseguimos en las mesas altas.
El propósito de esta sala es partir de guisos caseros de temporada y darle visibilidad a esa cocina tradicional con sabor y olor incomparable.
Es famoso su menú del día en todo Madrid y nos dirigimos ex profeso a probarlo. Suelen tener raciones más cortas pero te hacdes una idea del tipo de cocina.
Su precio es de 16,50 €, súper accesible para un recomendado en la Guía Michelin.
Empezamos con un vermut riojano que se nos antojó. Acompañaron con olivas.
Elegimos las Alubias pintas estofadas con verduras de otoño, muy rico y bien elaborado pero un pelín soso a nuestro gusto.
Los penne rigatte alla puttanesca estaban deliciosos:
De principales nos decantamos por los huevos revueltos con setas, patata pochada y morcilla:
Y por la merluza a la romana con pisto (el plato más flojo a mi parecer).
Acabamos con una tarta de queso cremosa y poco dulce, exquisita y unos cafés.
Servicio discreto y profesional y ambiente relajado y acogedor.
Sus baños, un clásico en mis entradas que considero que hay que cuidar en los locales.
Iremos a dar una vuelta a su carta pues tenía algunos guisos como los Garbanzos con sepia y manitas que nos llamaba la atención.
Y el paseo por Matadero después de comer.
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