El Reposo Eterno De Antonio Machado En Collioure (Francia)

A pocos kilómetros de la frontera se encuentra esta pequeña localidad marinera del sur de Francia que rezuma arte, encanto y tranquilidad por los cuatros costados.

Queríamos visitar este pueblo por acercarnos a la tumba del gran poeta español Antonio Machado y la casualidad hizo que nos alojáramos al lado del cementerio donde reposan sus restos.

Desde mi adolescencia, Machado ha ocupado un lugar importante en mis lecturas y mi admiración por él nunca ha decaído.

También Serrat ha contribuido a la difusión de sus poemas en forma de canciones eternas. 

El hecho de que Machado acabara sus días en Colliure es de sobra conocido. Su condición de republicano, al acabar la Guerra Civil, y como otras 450.000 personas que podían ser represaliadas, hizo que abandonara España en los que se conoce históricamente como "Retirada".

Tras un arduo viaje desde Barcelona y ligero de equipaje, llegó a esta localidad francesa con una salud muy precaria.

Iba acompañado de su madre, su hermano José y su cuñada. Se instalaron en una pensión (ahora inexistente y convertida en alojamiento turístico, pero ocupando un pequeño lugar sagrado de recuerdo) en la que acogieron al poeta y su familia.

Realmente era el Hotel Bougnol-Quintana situado cerca de la plaza principal. Llegaron un frío día de febrero de 1939 a la mercería de la señora Figuéres, que acostumbraba a recibir españoles en situación dramática. 

Ella les indicó que podrían alojarse en este hotelito situado enfrente. Cogieron dos habitaciones: una para el poeta y su madre y otra para el matrimonio. La señora Quintana contaba que nunca bajaban los hermanos juntos a comer y al ser preguntados por la razón, José relató que sólo tenían una camisa y tenían que turnársela para bajar al comedor.

Tras muchos años queriendo ir a Colliure, la emoción me acompañó todos los días que allí pasamos.

Pudimos pisar las mismas calles, ver esa pensión, mirar y bañarnos en ese mar que Machado contempló por última vez antes de encerrarse en la pensión y morir unos días después.

En cuanto Don Antonio murió, el 22 de febrero de 1939 (su madre moriría el 25 de ese mismo mes), la habitación se abarrotó de cientos de españoles y los milicianos de la Segunda Brigada de Caballería "Andalucía" portaron a hombros el féretro del poeta hasta el cercano cementerio.

En cuanto llegas al pequeño cementerio, ves la tumba enseguida por las flores y las banderas republicanas. No pudimos evitar estremecernos. 

Lloramos, cantamos su poemas y nos sentamos en un cercano banco un buen rato para rendirle nuestro particular y sencillo homenaje. 

Pensamos en la tristeza del exilio, el abandono de tu tierra por tus ideas que no encajan con las de los vencedores y la dignidad con la que el poeta encaró su vida y defendió la libertad.

Unos días absolutamente inolvidables y cargados de emoción.

PD. Recomiendo el documental "Los días azules" en Filmin y otras plataformas, que recupera la memoria y la obra del poeta en el 80 aniversario de su muerte. Pincha aquí

Preciosas estampas del pueblo marinero.

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