El turismo gastronómico es una forma de conocer las tradiciones, usos y cultura de una población.
Al encontrarnos en Cantabria, en los aledaños de los Picos de Europa en la cercanía de Liébana, era prescriptivo probar su famosos cocido.
Reservamos en este hostal en Espinama, 39588 Cantabria por las buenas recomendaciones que teníamos. Lleva más de 35 años sirviendo cocina tradicional lebaniega.
Pedimos tres cocidos lebaniegos para cuatro personas. Es un guiso típico del interior de Cantabria cocinado con garbanzos de Potes, patatas, berza (hoy en día repollo) y las carnes del compango de la matanza del cerdo: chorizo, morcilla, tocino, hueso de jamón.
La ternera se añade en forma de hueso de rodilla, cecina (por eso ese sabor tan rico a ahumado) y zancarrón.
También lleva relleno o bola de miga de pan con huevo, chorizo y perejil.
La diferencia con el cocido madrileño es que éste te lo sirven en dos vuelcos. Los garbanzos van con la carne y la verdura a la vez.
Estaba absolutamente delicioso. Te dejan la sopera para repetir, así que, terminamos con esa sopa de delirio.
Siendo tierra de buena ternera (y con ganadería propia Prellezo-Rábago), también pedimos para compartir un chuletón que te sirven con plancha para que tú te lo prepares al punto deseado en la mesa (53 €/Kg).
Te acompañan la carne con patatas caseras recién fritas y pimientos verdes:
El delicioso pan y el vino de la tierra no podían faltar.
Ah, y unas natillas caseras que llevaban una campurriana en lugar de una galleta María.
Un servicio atento y encantador estuvo pendiente de que no nos faltara nada.
En los baños, mirad qué bonito el cartel de madera en cada puerta.
Muy recomendable tanto si quieres cocina lebaniega como casera o buenas carnes.
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