Colonia Madrid Moderno O El Más Europeo De Los Barrios De Madrid En El Siglo XIX

Así se presentó la colonia Madrid Moderno: `El barrio más europeo  de todos los barrios madrileños´ cuando se inició su construcción entre 1890 y 1906.

En las calles del Barrio de La Guindalera, cerca de Ventas se ubicaba esta colonia preciosa, de la que sólo quedan en pie unas doce casitas en diferente estado y trufadas entre diferentes edificios colindantes. Concretamente, ahora las podéis encontrar en la C/ Castelar, C/ Roma y C/ Londres.

En esta zona entre la Quinta de Nogueras o de Los Leones (actual Parque de Eva Perón)  y el lugar que ahora ocupa la plaza de toros de las Ventas.

Antiguamente se consideraba esta zona el extrarradio madrileño, así que existía un tranvía específico Goya-Madrid Moderno-Ventas que unía esta colonia con el centro de Madrid.

Su construcción se llevó a cabo por diferentes arquitectos y contratistas, así que, aunque tienen una estructura común, los estilos de estos chalecitos varían. Se la considera el antecedente urbanístico, a menor escala, de Ciudad Lineal.

El modelo era un chalet de dos plantas en ladrillo, con mirador que sobresale de la fachada principal sustentado por dos columnas de hierro forjado. El estilo es modernista por las columnas de hierro y llos detalles de forjados a la vista de las fachadas, aunque tienen azulejos y detalles neomudéjares. Una preciosidad.

El proyecto, quizás un poco utópico, del empresario y abogado Mariano Santos Pinela, propietario de unos terrenos cercanos) y el arquitecto Julián Marín (autor de la Casa de Las Bolas en Goya esquina Alcalá) era construir viviendas amplias, de dos pisos con sótano y jardín, patio, luz eléctrica -para el alumbrado público-, gas y alcantarillado a precios económicos.

Un concepto moderno y rompedor para la época pues anhelaba promover la integración social con viviendas asequibles, pero siguiendo el modelo urbanístico de Arturo Soria. No en vano, la idea estaba inspirada por el arquitecto Mariano Belmás, colaborador de Arturo Soria y promotor de viviendas unifamiliares e higiénicas.

Aún así, tuvo sus detractores como el escritor Azorín que criticaba abiertamente estos hotelitos. Obviamente, solamente la burguesía y clase media-alta podía permitirse residir en ellos.

Las primeras viviendas no tenían licencia aunque el gobierno del Partido Liberal autorizó su construcción. El Ayuntamiento de Madrid del Partido Conservador, en 1881, paralizó el proyecto y las obras, pese a llevar decenas de casas levantadas, y empezaron los jucios y litigios que se prolongarían dos años.

En 1893 Francisco Navacerrada se encargó de abonar multas, compró las casas levantadas en primera fase y regularizó los permisos. De este modo consiguió continuar con la obra hasta levantar casi un centenar de hotelitos.

Navacerrada incluyó una zona de ocio llamada Parque Rusia y completando así la segunda fase en 1895.

Se construyeron más chalecitos hasta 1930 proyectados por Valentín Roca Carbonell.

Una pena que el crecimiento de la ciudad, la especulación de los años 60-70 del siglo XX con su presión inmobiliaria -pese a algunas campañas para su conservación- hiciera desparecer una colonia tan importante para la arquitectura de Madrid.

El Torreón situado entre las calles Castelar y Cardenal Belluga que resulta tan familiar, es efectivamente del mismo arquitecto de la Casa de las Bolas: Julián Marín.

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