Muchas ganas le tenía a este restaurante siciliano que es una sucursal del original con el mismo nombre en Palermo.
En España te tienes que trasladar al barrio de Tetuán, en la C/ Aviador Zorita, 37, 28020 Madrid, para degustar sus pizzas y sus especialidades autóctonas.
Una noche de viernes nos acercamos a cenar temprano y, encima, nos beneficiamos de una oferta de El tenedor. La noche salió redonda.
El local está decorado de forma sencilla pero elegantemente moderna, con detalles sicilianos (hasta en el baño tiene el jabón de Ortigia).
Desde nuestra mesa se veía la zona de horno de leña desde la que trabaja el pizzaiolo. ¡Es genial!
Su cocinera Margherita Fuligni y el pizzaiolo Alessandro Prinzis no defraudan: cocina autóctona con toques más vanguardistas.
Desde el primer bocado, el aperitivo de masa frita con salvia, sabíamos que nos íbamos a Sicilia por unas horas. Su pan, mantequilla de perejil y aceite iniciales muy cuidados:
Nos encandiló la CarbonaRavioli (20 €), unos ravioli hechos a mano rellenos de crema carbonara de pecorino y huevo, con guanciale tostado a la sartén y al que añadimos trufa recién rallada. Una delicia de delicadeza:
Sus pizzas de autor con masa de doble fermentación, para comer con las manos, son muy famosas en Madrid, así que nos lanzamos a la Funghetto (22 €) con fiordilatte y pecorino, setas boletus, guanciale y crema de perejil. Estaba impresionante:
Todo ello acompañado por cerveza siciliana Messina con vaso propio y vino rosado también de la tierra.
Para el final dulce, pese a que nos encanta el cannolo y lo probaremos en una segunda visita, nos zampamos un Oziamisú (9 €) o su tiramisú montado en la propia mesa.
Te traen la base y cubierta de bizcocho casero con unas gotas de amaretto, la crema de mascarpone y huevos, el café expresso en cafetera italiana y te espolvorean con chocolate. Estaba francamente rico.
Servicio encantador que te asesora y explica con todo detalle los platos.
Nos quedamos con ganas de probar más cosas de la carta, así que, haremos una visita a la hora de comer y con la compañía de nuestros hijos gourmand. También tienen un menú "absolutamente pistacchio" que pinta muy bien.
Mirad las fotos del baño, que no pueden faltar en mis entradas:
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