Este emblemático plato de Oporto fue elegido unos de los diez Mejores Sandwiches del Mundo por la web americana Aol Travel, referente del turismo y el ocio mundial y es obligatorio probarla (mejor compartida o media) en tu visita a la ciudad invicta Porto.
Fue creada en 1950 por Daniel David Silva, emigrante luso regresado de Francia, que se inspiró en el icónico sandwich francés Croque Monsieur de pan de molde con jamón y queso y de ahí su nombre de "Francesita".
Son muchos los establecimientos que sirven este sandwich, pero el que reclama su invención y tiene registrada su marca es el Café Santiago con varios establecimientos en la ciudad portuense.
Nosotros siempre vamos al local original fundado en 1959 con dos entradas, una en la Rúa de Passos Manuel 226; 4000-382 Porto, Portugal.
Al llegar, pese a no ser la hora de comer en Portugal sino más tarde, había una fila para sentarse y degustar el plato. Te apuntan el nombre y luego te van llamando por riguroso orden de llegada. Nuestra espera fue de media hora, pero no teníamos prisa alguna.
El contundente bocadillo consta de dos rebanadas gorditas de pan de molde y en su interior aparece mortadela, salchicha fresca del día a la parrilla, linguiça o especie de chorizo ahumado picante también a la plancha, bife de novillo (opcional, no todas las francesinhas lo llevan), jamón o fiambre y queso en lonchas.
Pero ahí no acaba. Se tuesta en la plancha este sandwich gordote y, por si te parece poco, se coloca en la tapa superior un huevo a la plancha, más queso de cobertura con su agujero para el huevo y se cubre todo con la salsa o mojo llamado "Esencia Santiago" elaborada con caldo, picante, cerveza... una receta secreta que es como nuestra salsa brava.
Te lo sirven con patatas fritas. Una bestialidad de plato. Tanto es así que nosotros la compartimos siempre para así compartir las aproximadamente 1200 Kcal que te metes en el cuerpo.
El precio no es caro. La francesinha tradicional con patatas creo recordar que cuesta 11.50€ y la acompañamos con cerveza Bock, por supuesto.
¿Merece la pena? Llena una barbaridad y en la espera puedes ver cómo en casi todas las mesas piden un tupper para llevar los restos. Por eso, te recomiendo compartir una y en caso de más apetito, repetir.
También tienen Cachorrinhos, los perritos calientes propios de Oporto, pero esos te recomiendo que vayas a probarlos a otro sitio: Gazela.
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