Aunque se consuman todo el año, los helados cobran su máximo protagonismo en verano.
Aunque a algunas les disuada su contenido en azúcares a la hora de consumirlos, un helado de vez en cuando te transporta directamente a la niñez y te suministra un momento de puro placer.
En la zona de Felipe II, en la C/ Fernán González, 5, 28009 Madrid, se encuentra esta heladería chiquitita pero con terraza exterior que da al gran centro comercial ECI.
Nosotros nos sentamos dentro al pensar que había aire acondicionado. Error. El calor de los frigoríficos y cámaras del helado era insufrible.
A mi me gusta, ya que sólo como helado de vez en cuando, comerlo en el barquillo. Me recuerda a mi infancia. Aquí el barquillo es delicioso.
Tienen muchos sabores más bien cremosos que afrutados o de frutos secos, pero dicen que tienen un menor contenido en azúcares que en otros lugares.
Yo lo pedí de leche de búfala (sabor a nata intensa) y de avellana con chocolate.
Estaba rico. Quizás un poco grande el tamaño, pero quería probar dos sabores y me ofrecieron el formato M.
Tienen también crepes, gofres, batidos, granizados...
Indicaban que te ponían toppings gratis con tu tamaño. A ellas se les olvidó y después de ver que se lo ofrecían a otros clientes, me levanté a pedir el mío (otro fallo).
Ricos, pero con menor oferta que en otras heladerías de Madrid. Servicio regular.
Las palomas entran a picotear.
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