Café Iruña O El Testigo Del Tiempo En Pamplona (Navarra)

Es un placer internarse en estos cafés centenarios cuyas baldosas han pisado tantas personas célebres y otras menos conocidas y en los que parece que se ha detenido el tiempo.

Abierto en 1888, en las vísperas de San Fermín, el local enorme fue el primero en Pamplona en contar con luz eléctrica.

En pleno centro de la ciudad, en la Pza. del Castillo, 44, 31001 Pamplona, con sus grandes toldos y su terraza al aire libre, es lugar de paso de todas las personas en la capital navarra.

Nada más traspasar su umbral entras en un salón inmenso: techos altos, baldosas en damero, mesas tipo velador de mármol, sillas típicas Thonet, barra larga, luces de lámparas y olor a café recién molido.

Al ir hacia los baños, al fondo a la derecha te encuentras con el Rincón de Hemingway ya que el célebre periodista y escritor norteamericano era un parroquiano del café. Allí hay una escultura del escritor acodado en la barra.

Justo hace 100 años, en julio de 1923 el escritor visitó la ciudad como cronista de un periódico de Toronto. Ya estaba el café entonces.

Nosotras entramos a tomar un café y un pedazo de tarta casera de manzana, pero puedes desayunar, picar, comer, cenar, tomar una copa... todo lo que quieras.

Un lugar de visita imprescindible en Pamplona.



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