En 1998 abrió sus puertas este restaurante cantonés en el boom que tuvimos en los años 90 de aperturas de restaurantes chinos.
Teníamos ansia por degustar comidas diferentes y abrirnos al mundo. Entonces íbamos a los restaurantes chinos a comer sus rollitos de primavera, la ternera con salsa de ostras, el arroz tres delicias, el cerdo agridulce... ¡Nos parecía el colmo de la sofistificación!
Este restaurante fue el pionero en Madrid, en la C/Hermosilla, 101, 28006 Madrid, en el barrio de Salamanca.
Nosotros aún no lo habíamos probado, así que, nunca es tarde para probar platos diferentes de diferentes países y culturas.
El Hot Pot consiste en una olla grande con dos compartimentos en los que se mantiene caliente un caldo de pollo y verduras, ya sea simple o picante.
En este caldo hirviendo se van cocinando distintos ingredientes que vas introduciendo durante el tiempo que te indiquen los amables camareros/as.
Añades verduras como col china, setas shitake, bolitas de pollo, dim sum, fideos de arroz, tallarines, ternera loncheada, langostinos...
Una vez hervida la comida la acompañas de salsa de cacahuete que le aporta frescor.
Está muy rico, tiene sustancia y es muy entretenido comer de esta forma. También vas comiendo el caldo con la cuchara para ello.
El precio es muy contenido: 16,90 € por persona incluyendo una bebida (pedimos cerveza local)
La experiencia nos encantó. Un plus añadido es que el restaurante estaba repleto de familias orientales comiendo, luego es una señal de que es un lugar bueno y barato.
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