Taberna Garelos O Comer En Galicia Sin Salir De Madrid

Hay que quitarse el sombrero ante la cocina gallega. Realmente sus platos no tienen ninguna complicación excesiva, pero la extraordinaria calidad de los productos gallegos y la generosidad (más allí que aquí) de sus raciones, hacen de la elección de esta cocina un acierto seguro.

Nos acercamos tres amigas a comer al local de Chamberí, abierto en 2020, en la preciosa calle C/Blanca de Navarra, 6, 28010 Madrid y salimos supersatisfechas. No en vano está rcomendado por la Guía Michelin.

El chulísimo local con sus tanques de cerveza, sus dos pisos, enorme terraza y ambiente informal de furancho, invitan a quedadas con amigos en veladas interminables.

Pedimos todo para compartir al amparo de una botella de vino blanco Albariño de la casa:

En la vajilla de Sargadelos nos fuimos zampando las especialidades gallegas. Empezamos por una Tortilla de Betanzos pequeña (9,90€):

Ya sabéis que esta tortilla  no lleva cebolla y es más bien una tortilla vaga con el huevo casi líquido. Estaba muy rica, recién hecha y con bollitos de pan de Viena (echamos de menos un pan gallego de verdad):

También llegaron las Croquetas cuadradas de puchero, ocho unidades a 9,5 €. Muy cremosas con una bechamel correcta y tropezones:

Las Zamburiñas a la plancha con limón no podían faltar en una auténtica comida gallega (16 € las ocho unidades):

Y rematamos la parte salada con unos Chipirones en su tinta con arroz (16 €):

Todo estaba exquisito. Aunque estábamos muy bien, los postres nos tentaron. La tarta de queso es de las mejorcitas que se comen en Madrid, con base de galleta y mantequilla y una cremosidad sublime:

Y las Filloas rellenas de crema pastelera y caramelizadas estaban para llorar de felicidad (6 € cada postre):

Nos atendieron de manera ágil y con una amabilidad en todo el servicio y simpatía gallega del señor que nos tomó la comanda.

Tan recomendable que volveré seguro por su estupenda relación calidad/precio.

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