Casa Gerardo O El Santuario De La Fabada Y El Arroz Con Leche En Prendes (Asturias)

Cuando se programa un viaje, algunos pueden bucear en los restaurantes de la zona y encontrar los que le resulten más apetecibles o adecuados. Otros, entre los que me encuentro, buscamos primero el restaurante y luego, a partir de allí, buscamos alojamiento y actividades culturales.

Casa Gerardo es una excusa para ir a Asturias, o una oportunidad, según se mire.  Nosotros dormíamos en Gijón, a 14 Km del restaurante, y nos acercamos a este templo asturiano que lleva cinco generaciones desde 1882 ofreciendo placer a sus comensales.

Mis padres nacieron de La Granja de San Ildefonso y de judías, algo sabemos. Mi madre, Concha, era una cocinera excepcional que preparaba unos guisos escandalosamente ricos y los judiones de la Granja los bordaba. Por eso, probar la fabada de Marcos Morán era una de las cosas pendientes de hacer en mi vida.

El restaurante con una estrella Michelin y tres soles Repsol, al borde de la carretera, está ubicado en una casona de piedra. 

Nos sentaron en el salón de arriba, pero no en el del ventanal. Es muy relajante y sereno con sus paredes blancas de ladrillo visto.

Vinieron los aperitivos de bienvenida en forma de mantequilla asturiana con colines caseros, unos bocaditos creo que de causa limeña con salmón, un chupito de crema de verduras y una galletita con sardina ahumada.

Se acercó el propio Marcos Morán a tomar nota de la comanda. Él nos recomendó los platos a elegir. No se equivocó.

Los platos de aperitivos permiten probar sus clásicos para ir abriendo boca. Constaban de dos croquetas de compango de la fabada, una crema de nécoras, un corte de galleta con quesos asturianos y una cebollita rellena de foie. Todo exquisito:

Luego probamos los Cogollos de lechuga a baja temperatura con un pil-pil muy delicado y pistachos:

A continuación entraron los platos principales, los emblemáticos de Casa Gerardo. La fabada asturiana te la sirven con las fabes y su caldo en un plato sopero y el compango formado por chorizo, morcilla y panceta en un platillo aparte. Dicen que es la mejor de toda Asturias.

Las fabes están hechas con judías frescas en lugar de secas (Marcos nos comentó que las congelan recién recogidas) y están tan suaves que se deshacen en la boca como mantequilla. Carecen totalmente de grasa, pero a mi gusto le falta un poco de fuerza o garra al guiso, al caldo que estaba un poco líquido.

Los callos asturianos me sorprendieron muy gratamente: buen guiso en trozos muy menudos y acompañados de patatinas, como hacen en Asturias.

Lo mejor del restaurante que puso el magnífico broche a la comida fue el sublime Arroz con Leche Requemada. Aquí se eleva el arroz con leche a otra dimensión. Es una obra de arte culinaria. Cuando le pregunté a Marcos cómo es posible destilar esta crema arrancando el almidón del arroz (yo lo hago buenísimo y me paso hora y media de amorosa removida), él me respondió que son tres horas de removida del arroz con la leche en proporción 1/15 de arroz/leche (1 Kg de arroz con 15 litros de leche).

Me hubiera comido dos platos, pero creo que tendré que volver allí de nuevo.

El precio en consonancia con una estrella Michelín: unos 70 € por persona a la carta aunque hay dos menús que puedes elegir.

Servicio de sala impecable y amabilidad sin invasión.


La única pega: unos baños minúsculos y anticuados que imagino corresponden a una casa tan antigua.

Muchas gracias Marcos Morán y equipo de Casa Gerardo por habernos permitido vivir una experiencia gastronómica única.

Página web: pincha aquí

Comentarios