No os voy a engañar. A este maravilloso lugar hay que ir a propósito. Vi que lo recomendaban en una página de rutas asturianas y me lancé a reservar.
Para llegar hay que atravesar un puertecillo con una carretera preciosa y se tarda un ratito, pero creédme que merece la pena el desvío tanto por la cocina como por la ubicación (al final de la entrada tenéis la ubicación exacta).
Pertenece a un complejo hotelero chulísimo con casitas o eco-villas llamado CieloAstur en Linares de Proaza, una aldea de unos 40 habitantes a 730 m de altitud que pertenece a la localidad de Proaza. Está decorado con aires minimalistas nórdicos y es respetuoso con el entorno.
Nos sentamos en la terraza exterior con unas vistas magníficas para quitar el hipo.
Comenzamos con una ensalada de panceta de gochu asturcelta (cerdo asturiano) confitado a baja temperatura con manzana y miel (16 €) y que era un plato enorme.
También pedimos las Croquetas de compango empanadas con panko y muy ricas (11 €) aunque estaban a mi gusto un pelín sosas:
Terminamos la salado compartiendo un cachopo de ternera con jamón serrano y dos quesos, de los Oscos y de Proaza (19 €). El tamaño era adecuado, tampoco era inmenso y para compartir estaba muy bien:
Dejamos un sitito para el postre que no podía ser más que tarta de queso ricotta casera con frutos rojos (7€):
Comimos maravillosamente. Todo muy bueno, panes deliciosos y destacable la amabilidad y hospitalidad del equipo.
Salimos a 35 € por persona , con botella de vino de Ribera Celeste y café y nos pusimos las botas.
Comentarios
Publicar un comentario