Soy una ferviente admiradora de Jamie Olivier, al que llevo siguiendo desde hace un montón de años por Canal Cocina. Me parece un tipo súper simpático, muy didáctico, cocinero ecléctico y hombre singular.
Por eso, en cuanto topamos con su restaurante italiano paseando por la colina de Buda, no pudimos resistirnos y nos sentamos en su agradable terraza a comer. Está situada en Szentháromság Utca 9-11, Budapest.
Como era cena y no estábamos muy hambrientos no comimos mucho, pese a tener una carta abundante:
Yo pedí una pizza Julietta con mozzarella de búfala, lascas de parmesano y albahaca.
Luis pidió pasta, unos linguini con gambas al ajo, chile y rúcola, picosos y sabrosos:
Lo que sí nos permitimos fue una copa de vino de la tierra, un Napbor St. Andrea blanco con matices florales.
Fue una magnífica cena con una cocina sencilla pero una baza segura.
Éstas son imágenes de los baños, que ya sabéis los que me seguís que me llaman mucho la atención:
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| Hasta el inodoro lleva su nombre |
Y las ineludibles fotografías de pies sobre azulejos o baldosas...
Muy recomendable.
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