Raro-Rare O La Fascinación Por La Cocina Extraña En Madrid (Cambio De Nombre Del Local)


Siempre he sentido simpatía por las personas raras (creo que es una identificación) y también me gustan los objetos curiosos y las mezclas imposibles.

Por eso, en cuanto vi algunos de los preciosos y extraños platos de Raro-Rare en las RRSS y ayudada por las recomendaciones de amigos que ya habían ido, decidí que era un lugar imprescindible en la ruta madrileña.

Ahora, en el mismo emplazamiento y de los mismos dueños, el restaurante se llama EL PERRO Y LA GALLETA FUENCARRAL.
En la C/ Barceló, 15, un poquito más adelante del antiguo Pachá, en el local que ocupaba el Kioto (creo recordar) se encuentra este precioso restaurante del grupo Galleta.


Todo se centra en la recreación de objetos curiosos, cercanos al mundo de los sueños y sus platos también son un ejercicio de mezclas imposibles que resultan sorprendentes.


Nos pusieron de aperitivo un hummus de edamame (vainas de soja hervidas) con polvo de aceitunas negras:


En nuestra comanda no podía faltar la famosa Tortilla de patata con chipirones y tinta de calamar:



Estaba realmente rica. Es una bomba, pero resulta totalmente novedosa y atrevida. Las rabas de calamar o de pota, que te sirven coronando la tortilla, estaban un poco duras y así se lo dijimos al camarero. Fueron muy atentos y, al ratito, aparecieron con otras patas más frititas como manera de compensar:


Sólo queríamos picar algo más aparte de la tortilla, así que nos trajeron unas Gyozas de pollo con papada de ibérico, mayonesa de yuzu y kumquat confitado:



Y un tataki de dorada ahumada con manzana sobre tortita de maíz crujiente:



Terminamos con la tarta de queso, versión pannacotta, con frutos rojos y galleta. Muy rica:


Acompañamos con un vino blanco verdejo de Rueda, el Cuarenta Vendimias, que nos apretamos entera:


Ya sabéis que me gusta entrar también en los baños de los restaurantes a los que voy. Este, de nuevo, me sorprendió:






Un lugar absolutamente recomendable. ¿El precio? Mirad todo lo que comimos con un postre para compartir y una botella de vino: fueron 32 euros por persona, creo que es bastante razonable.


Volveré a probar más cosas y a dejarme sorprender más...


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