Es tradición familiar celebrar el cumpleaños de cada uno en el restaurante que elija para ello. Mi hijo Nacho siempre recurre a un italiano, pues es un adicto a la pizza.
Un día, paseando por el barrio de Salamanca, descubrimos este restaurante e inmediatamente dijimos: hay que venir!! Llamamos para reservar y nunca encontrábamos mesa. A la tercera y con tiempo de antelación para celebrar el cumpleaños de Ignacio lo conseguimos.
Se encuentra situado en la C/Hermosilla, 85, 28001 Madrid. Su decoración es la de un local lleno de tradición por fuera, pero por dentro recurre al ladrillo visto, la madera de las mesas altas y bajas y el cuero de las sillas, y los tubos vistos de aspecto industrial.
El sitio es acogedor, aunque un poco escaso de luz por la noche. Estaba llenito de gente joven, pese a que era un jueves por la noche. No me extraña, pues sus pizzas son el mejor reclamo.
El homenajeado leyendo la carta |
Se puede observar el horno de piedra en el que elaboran sus pizzas, hechas tras una larga fermentación con harina de fuerza 00 y en un horno a 500ºC.
La carta no es muy extensa. De entrantes o antipasti tienen un par de ensaladas, burrata, carpaccio y vitello tonatto.
Sus pizzas, con tomate San Marzano, son nueve en total, aunque puedes añadir ingredientes extra a tu gusto. La masa es gordita y están muy sabrosas. Esta es de Prosciutto e funghi:
Esta otra es la llamada Grosso, con mozzarella, rúcola, prosciutto di Parma, lascas de parmesano y tomatitos cherry:
Nacho pidió la Borghese y Luis la de salami picante.
De postre sólo probamos un Albero da Zia Lucy, una crema de nata helada y polvo de galleta, que prometía por la novedad pero que luego decepcionaba un poco...
Todo ello regado con unas cervezas italianas Peroni.
El precio: desde 8,90 la pizza Marguerita a 10,90 euros las pizzas más elaboradas. Muy bien la relación calidad-precio.
Volveremos seguro a probar los otros sabores de pizza y algún entrante.
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