El Palacio Real De La Granja De San Ildefonso En Segovia O El Real Veraneo

Quiso el primer rey de la dinastía borbónica en España, Felipe V, una residencia palaciega que emulara a su conocido y amado Versalles, lugar donde nació y se crió.

El nombre de la localidad proviene de una granja que los monjes Jerónimos del Monasterio del Parral en Segovia tenían en las inmediaciones y a donde éstos se trasladaban para aliviar el calor del verano segoviano.

En 1700 Felipe, duque de Anjou y nieto del rey Sol Luis XIV, se convirtió con 17 años en monarca de España y de las Indias.

El rey frecuentaba los montes de Valsaín, hacia 1718, donde cazaba en compañía de la reina. Le cautivó el paisaje y la belleza de la sierra y decidió edificar un palacio en el lugar donde se encontraba la Ermita de San Ildefonso.

En 1719 mandó construir Felipe V una capilla en la antigua ermita pues compró a los monjes la granja, dicha ermita, la hospedería y los terrenos circundantes.

Las obras de palacio se iniciaron en 1721 a cargo del Maestro Mayor del palacio Real de la Villa de Madrid, Teodoro de Ardemans.

Casi a la vez se iniciaba el trazado y la construcción de los jardines y fuentes bajo la dirección de René Carlier y Étienne Boutelou.

El palacio tiene forma de U y consta de dos patios: el de Coches (donde de adolescentes veíamos el cine de verano) y el de la Herradura (hoy en la entrada principal).

Una vez finalizadas las obras en 1724, La Granja comienza a adquirir su máximo esplendor pues se traslada la Corte en verano al ser el palacio preferido del rey Felipe V.

En enero de 1724 quiso el rey retirarse con su esposa Isabel de Farnesio a  La Granja al abdicar la corona en su hijo Luis I.

Poco le duró la dicha del retiro pues Luis I falleció en agosto de ese año.

El interior del palacio es barroco, con frescos en los techos, molduras doradas, las maravillosas lámparas de la fábrica de vidrio de La Granja:

Y una impresionante colección de relojes, en funcionamiento la mayoría.

La Granja fue enriquecida continuamente con obras de arte del rey (con un aspa de Borgoña o cruz de San Andrés en las obras pertenecientes a él) o de la colección de la reina (con una flor de lis las de ella).

La reina Isabel de Farnesio sentía debilidad por las pinturas flamencas y holandesas y por los autores italianos clásicos.

En 1725 el rey adquirió la colección de escultura antigua de la reina Cristina de Suecia. 

Estas esculturas están alojadas en la galería de las salas de la planta baja.

Me parece mucho más hermosa esta planta baja, con sus magníficos suelos de mármol, la colección de esculturas clásicas y los techos pintados al fresco.

Felipe V fallece en julio de 1746 en el propio palacio y es enterrado en la Colegiata de La Granja. 

La reina muere en 1776 y también es enterrada por decisión propia en el mismo lugar y no en el panteón de Reyes de El Escorial como hubiera sido lo lógico para ambos.

En una cripta descansan los restos de ambos y constituyen una muestra del arte funerario romano del siglo XVIII. 

La reina siguió ampliando el palacio y su hijo Carlos III consigue darle su ordenación definitiva. 

Hacía muchos años que no entraba en palacio y esta vez me acerqué a la visita guiada. 

Empiezas tras subir la escalera del patio de coches a recorrer la planta de arriba:

Observo que hay cosas que recordaba en otra ubicación (solo dos tapices ahora), el retrato copia de la familia de Carlos IV:

un salón de trono ahora desaparecido, el oratorio:

El dormitorio de los reyes de ahora, hace años era la cama portuguesa de Bárbara de Braganza. También lo sitúan en el centro de la fachada principal, con vistas a la Cascada Nueva (ahora en obras):

Los cuadros pintados por la propia reina y un Sofonisba Anguisola:

El comedor gigante tampoco lo recordaba en esos tonos amarillos:

La sala de música está tal cual la recordaba:

La sala de laca no se antojaba así de bonita:

La sala de las Conchas le gustaba a mi madre, llamada así y nacida en La Granja. Con conchas naturales y representando a la Fuente de Galatea

En esa sala de Hércules se encuentra un reloj enorme recién instalado y restaurado:

La cripta con los frescos del techo:

La colección de estatuas con la Justicia a la que esculpen ciega (como debe ser) y que le encantaba a mi padre:

Y una sala de los Espejos, no tan grande como la de Versalles, pero el rey se enorgullecía por haberse realizado allí en la Real fábrica de Vidrio y de unas piezas bastante más grandes que las de Versalles:

Allí se han celebrado acontecimientos relevantes de la historia de España: boda de Carlos IV con María Luisa de Parma, la firma del Tratado de San Ildefonso entre España y Francia, la derogación de la pragmática sanción durante la agonía de Fernando VII con el ministro Carlomarde, la Sargentada de La Granja que obliga a la Reina María Cristina a proclamar la Constitución de 1812...

El 2 de enero de 1918 sufrió un incendio (mi abuelo Narciso, nacido en 1899 lo recordaba y nos contaba) y que destruyó los techos, los frescos y varias lámparas de cristal y bronce junto a las telas de los salones de la planta superior.

También La Granja ha sido escenario de muchas películas: Patton (1979), Farinelli il castrato (1994) , La batalla de las Ardenas (1965), La caída del Imperio Romano (1964), Dónde vas Alfonso XII (1958)...

Aunque sea el palacio Real que menos visitantes recibe al año (creo que unos 200.000) merece la pena la visita.

Y de los jardines ya os hablaré detenidamente en otra entrada.

Y no podía faltar la foto del suelo bonito:


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