No conozco a nadie al que no le guste la pizza. Le podrá gustar más o menos el queso, pero la combinación de una buena masa bien fermentada con un tomate triturado, una mozzarella fundente y el topping favorito que cubra la rueda es un placer inigualable.
Aunque tienen varios locales en Madrid e incluso había pasado por delante algunas veces, nunca había ido a probar esta deliciosa pizza. Ahora, al ponerme este local más cerca de mi casa, en la C/ General Díaz Porlier, 1, 28001 Madrid, no había excusa posible.
El local es muy molón, con ladrillo visto y columnas, con una mesa-isla central y terraza exterior. No se reserva, por lo que elige las horas menos concurridas para hacer una visita y probar su pizza.
Nosotros nos centramos en la pizza: éramos cinco y nos atrevimos con cinco pizzas de 35 cm de diámetro y las sobras nos las llevamos a casa. La harina con la que las elaboran procede de Italia, así como los tomates de San marzano DOP y la mozzarella Fior di Latte.
Antes pedimos una Provolone con tomate y orégano, muy rica:
Había que pedir la genuina Margarita con tomate, mozzarella y albahaca, con el sello de autenticidad que otorga la Associacione Verace Pizza Napoletana junta a la Marinara de su carta.
Dentro de las más "elaboradas" elegimos la NAP con salsa de trufa, champiñones y guanciale (10,90 €) y la Calzone rellena de ricotta y jamón dulce:
Como veis los tamaños son grandotes, aunque la masa es fina y se deja comer muy, muy bien:
Preguntamos si los postres esran caseros, elaborados allí, y como la respuesta fue afirmativa pedimos los dos vasitos: el de Tiramisú y el de Panacotta:
Todo nos gustó y aún más los precios tan competitivos con los que puedes comer o cenar pizza de categoría sin arruinarte. La pizza más cara vale 10,90 €.
En el baño, un neón te anuncia la temperatura del horno de piedra en el que se hornean las finas pizzas durante 60 segundos:
Me imagino que os he convencido, ¿no?. Pues podéis ir a éste o a cualquiera de los 8 locales que tiene la marca italiana, que comenzó en Barcelona hace ya diez años y se ha extendido a Madrid y San Sebastián.
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