Paseando por el centro de Madrid, en la C/Desengaño, 22, Centro 28004, te encuentras con este precioso comercio centenario con su escaparate grande en madera.
El local mantiene tanto su esencia como la estética de sus inicios tanto en el interior como en la fachada.
Esta droguería de Malasaña fue inicialmente una herboristería. La fundó Rafael San Jaume Riera en 1866.
Manuel Riesgo compró el negocio en 1927 con la idea de comercializar y distribuir productos químicos para diferentes sectores.
La familia Riesgo hacia 1750 se dedicaba al negocio arriero y la trajinería en el occidente asturiano. Viajaban desde Luarca a Madrid y, por eso, establecieron nuevos negocios familiares como la Taberna La Estrecha (precedente de La Ancha), el Café Universal en Sol, la creación del mercado de San Miguel y de Automóviles Luarca.
Su amplia oferta en todos los productos químicos es muy significativa.
Allí acudía a comprar productos químicos para la universidad y ahora para el laboratorio del colegio.
Cerró para tristeza de toda su clientela en el verano de 2024, pero en otoño de ese año reabrió con el mismo espíritu y ganas del fundador de manos de sus bisnietos.
Nada más traspasar el umbral puedes observar varias joyas.
La impresionante estantería-cajonera de madera repleta de casi quinientos cajones con el rótulo o cartel del producto que alojan es una maravilla de la ebanistería.
El enorme mostrador de madera modernista es también original y enfrente se puede observar un cuadro del pueblo marinero de Luarca, cuna del fundador.
Otra maravilla es el suelo de mosaico que te transporta a la década de los años 20 del siglo pasado. Y la balanza que es también una preciosidad.
Ahora venden otros productos además de los químicos y reactivos: para Bellas Artes y pintura, disolventes, restauración, fabricación de jabones...
Una pasada de comercio cuya antigüedad y conservación del mobiliario lo hace único en Madrid.
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