Es innegable que la cocina tailandesa es una de las mejores de mundo. La mezcla de ingredientes como hortalizas, carnes o pescado con especias y leche de coco, han dado lugar a unos platos sabrosos, coloridos y aromáticos.
Quedamos a cenar con nuestra querida amiga Sandra (viajera, curiosa, simpática a rabiar y encantadora) que reservó en la terraza de este restaurante situado en la C/ Arturo Soria, 205, Ciudad Lineal, 28033 Madrid, y el planazo fue estupendo.
Se trata de un edificio en alto, rodeado de plantas y flores, con sofás y camas balinesas y con una terraza con piscina, budas y otros atributos decorativos tailandeses.
El salón para el invierno (o para el verano con aire acondicionado) es también precioso.
Tiene rincones verdaderamente encantadores.
Sandra reservó en la terraza y nos esperó tomando una cerveza Singha (4,8 € cada cerveza)
Empezamos con el entrante Poh Pia (9,5 €), tradicionales rollitos crujientes servidos con hojas frescas de lechuga con albahaca y hierbabuena:
Se coloca la hoja de lechuga, se pone encima la hoja de albahaca, la de hierbabuena y el rollito, se salsea y se enrolla de nuevo.
Compartimos también los exquisitos Kaeng Khei Wham Praw o taquitos de merluza rebozada con salsa especial al curry verde con toques cítricos (23,90 €):
El Massaman Thai son tacos de carne de vacuno al curry rojo suave con patatas y anacardos (23,50 €), muy ricos también:
Finalizamos con el Pad Thai Sai Khung o el famoso plato tailandés de tallarines de arroz salteados con langostinos, huevo, cebolleta china, soja, verduras y cacahuetes (23,50 €)
Acompañamos de vino blanco Albariño Inmortal (25 €):
Y no podíamos finalizar sin el emblemático postre Khao Niao Mamuang (12,5 €) que es un arroz gelatinoso con mango y leche de coco que es de una delicadeza inusual.
No podían faltar las fotos de los baños de todas mis crónicas:
Conclusión: cena riquísima en un espacio precioso, exótico y apacible, en una compañía magnífica.
La única pega: la cuenta. Creo que los precios están muy abultados en todos los apartados, aunque el mantenimiento del local tiene que llevarse una buena parte.
Llevo mucho tiempo comentando con muchas personas amigas los precios de la restauración en Madrid y se están poniendo los precios estratosféricos.
Entiendo todos los costes que abarca un establecimiento, pero la relación entre la oferta y el precio que paga el comensal es pequeña. Habría que repensar la situación pues así solo se conseguirá que salgamos menos.
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