Desde 1919 llevan despachando alegría en este obrador en el Carrer Gran De Gràcia, 207, Gràcia, 08012 Barcelona.
Los hermanos Miquel y Lluís Álvarez, nietos de los fundadores, son los que llevan las riendas hoy en día.
En 1948 la tienda se reforma con una fachada de mármol, vitrinas y mobiliario de caoba lleno de dulces diversos, bombones y chucherías.
La clientela del barrio es fiel a sus xuixos, que según los expertos son de los mejores de la Ciudad Condal. Son unos bollos hechos con base de hojaldre con levadura, relleno de crema y frito en aceite.
La pieza, generosa en tamaño y relleno, nada aceitosa y su crema suave de vainilla con la cobertura de azúcar, te transporta a la infancia.
Al fondo tienen una sala donde tomar café y donde se hacían tertulias.
Hace dos años la cocina se quemó y tuvieron que cerrar unos meses. Los mensajes de ánimo de todo el vecindario les animaron a seguir.
Desayunamos con Celsa, vecina de la confitería, en la sala del fondo.
Su pan con jamón o con butifarra y el xuixo (suso o chucho) fueron los elegidos.
Al despedirnos, el dueño, encantador, nos regaló una bolsa de dulces. ¡No se puede ser más amable!
¡Estoy deseando regresar a volver a probar sus dulces!
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