En España somos muy de bares y tabernas. No sólo son el lugar donde tomar una bebida, cerveza, vino o café picando algo. Son sitios de reunión social, de ver y ser vistos y de confraternizar con vecinxs y amigxs.
En los pueblos son lugares imprescindibles en la vida diaria y en las ciudades nos aproximan a esa cercanía de la cara conocida que te sirve y ta da o recibe conversación.
En el barrio de Salamanca, más en la zona de Ventas, en el Paseo del Marqués de Zafra, 33, 28028 Madrid, se encuentra este establecimiento que conserva su aire tradicional pero tiene esa pátina de modernidad.
Les mencionan con un Solete en la Guía Repsol, lo cual es una garantía de buen hacer.
Su oferta es variada en clásicos como la tortilla de patatas, ensaladilla, croquetas, flamenquines, tostas...
También preparan guisos tradicionales y paellas y tienen delivery.
Nosotros fuimos temprano por la tarde y no abrían cocina hasta las 20.00 h.
Pedimos un vermut artesano (qué rico es) con su aceituna y su cáscara de naranja pinchada con la aceituna que nos acompañaron con patatas fritas y rodajas de salchichón:
Luego pedimos croquetas de tres sabores (las despachan o por docena o por media docena) que fueron de jamón serrano, de pollo asado y de queso azul:
Riquísimas por su cremosidad y su toque de nuez moscada. Y muy buena idea servirlas en papeles de magdalena de colores para diferenciarlas.
No tenían ya ensaladilla rusa, así que, una Tosta de crema de alcachofas con speck y brie fue nuestra elección:
Servicio amable y encantador.
Otro día nos acercaremos a dar otra vuelta a la carta.
Comentarios
Publicar un comentario