Esta hermosura de plato ilustra muy bien cómo se puede triunfar con platos sencillos, con pocos ingredientes pero de muy buena calidad y una elaboración honesta y simple.
Cuando se va de picoteo se desean raciones o platillos de siempre que te permitan no parar de picar, beber y hablar.
En la C/ Francisco Silvela, 73, 28028 Madrid, se encuentra esta acogedora taberna decorada en tonos rojos, con poquitas mesas, buena barra y una terraza. La música también forma parte de la decoración del local, y es que eso es un punto más de acierto para acudir al local, según los que somos "boomers" que valoramos la música de los 70 y 80.
Nos recibieron con la bebida solicitada (un riquísimo vino blanco de Rueda) llamado Divino Minino y un excelso pincho de tortilla de la casa. Ya había oído hablar de esta tortilla y doy fe de que estaba buenísima.
Luego nos convencieron las croquetas caseras:
Y las patatas bravas con ali-oli:
Tras picar el chipirón a la plancha con patatas panaderas y huevo frito que ilustra la entrada y que nos dejó muy satisfechas:
pasamos a los postres en el apartado de Tarta de Queso o cheesecake. La de la casa Silvela es de un buen tamaño, un sabor exquisito y un puntito final a queso azul muy agradable.
Todo genial, desde luego. Y el precio, muy adecuado a lo que tomamos. Ajustado, de unos 20-25 € por persona. Estuvimos a gustísimo mi amiga Mariví y yo y nos apretamos la botella de vino entre charlas y risas.
Volveremos!
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