Por recomendación de mi querida compañera Teresa Gómez Grediaga nos acercamos a comer a este restaurante emblemático de su pueblo, Peñaranda de Bracamonte.
Fue en 1885 cuando la "abuela Leandra" abrió un mesón en el pueblo (aunque había muchos) para dar de comer a los comerciantes que pasaban por allí al ser un nudo de comunicaciones importante entre las dos Castillas y Extremadura.
Nosotros fuimos a lo seguro, a lo que hacen bien en cada casa. Pedimos de entrante unas deliciosas alcachofas con jamón ibérico y foie:
Y media ración de risotto de boletus muy sabroso:
Pedimos el tostón o cochinillo asado (aunque yo tengo antecedentes segovianos y soy muy exigente con el cochinillo asado) al estilo castellano. Estaba francamente bueno!!
Y un bacalao confitado en su punto de sal y textura:
Buen producto y no cargárselo con preparaciones complejas es la clave del éxito, a mi parecer.
De postre compartimos un tocinillo de cielo con helado de leche merengada muy rico:
Muy recomendable si no buscas sorpresas ni en los precios ni en los platos. Buenos platos clásicos y bien elaborados.
Precio medio por persona: 30-35 euros
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