Ya había probado estos deliciosos polos hace algún tiempo, pero como soy un poco desastre, no sé dónde puse esas fotos.
Detrás de esta preciosa heladería -o más bien, polería- se esconde una preciosa historia de dos hermanas y madres jóvenes que hicieron realidad el sueño de ser sus propias jefas y de elaborar un producto sano, artesano y que genera felicidad a todos los niños de uno a noventaitantos años...
El polo más icónico de la marca es el de aguacate, que es el que preparaban desde niñas en Tanzania en una heladera de madera.
Ahora mismo tienen tres tiendas en Madrid: en Malasaña en la C/Espíritu Santo 16; en el Barrio de las Letras, en la C/León, 30 (Huertas) y en el Mercado de San Antón.
Ayer probamos el de Tarta de queso y moras y el de Mojito y granada
Hay que darse una vuelta a la carta de sabores e ir probándolos todos. Ya veis arriba los sabores tan originales que proponen cada día.
Además los locales están decorados muy chulos, con colores pastel y rayas (creo que la decoración es del estudio Eat & Love) y con unos taburetes rosas para sentarte a comer el polo que son de lo más "cuqui".
Ah, y recalcar la simpatía de Beatriz, la dependienta de Malasaña, que con toda paciencia nos iba hablando de todos los sabores y que apuntó una idea nuestra a un nuevo sabor: pera, vainilla y anís estrellado.
El precio de los polos: 2.60 euros. También compramos una caja de sabores cítricos (18 mini polos de tres sabores a 19.45 euros) para seguir deleitándonos en casa. Ya os contaré...
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