No hay nada tan reconfortante de buena mañana como el aroma a café y a pan y bollos recién horneados. Ese es el maravilloso olor que se percibe nada más traspasar el umbral de este café-obrador madrileño con tres sucursales capitalinas, una de ellas BIO (para acceder a su web pincha aquí).
Nosotros pasamos, por casualidad, delante del local de la C/Bravo Murillo, 54, 28003 Madrid, cuando nos dirigíamos a otro lugar. ¡Para, para! Vamos a desayunar aquí, que le tengo ganas a este lugar.
Tuvimos que esperar un poquito, pues las mesas del interior estaban ocupadas y fuera hacía mucho frío.
Nos atendió un joven encantador y diligente que enseguida nos acomodó en una mesa comunal enorme de madera envejecida.
Nos sugirió un zumo de naranja XL que resultaba más económico. Obedecimos.
Y en el apartado de dulces nos lanzamos al rollito de canela (me entusiasman) y a un bollo relleno de chocolate.
También llevamos pan para casa y bollería para la merienda. Tienen una gran variedad. Ahora, en Navidad, venden roscones, gallette de Rois y panettone:
También se puede comer allí pues tienen ensaladas, tostas... Seguro que te cuesta decidir.
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