Yakiniku Rikyu O La Parrilla Japo-Coreana En Madrid


Es una gozada que a tus hijos les guste también la gastronomía y las visitas a restaurantes, bares y tabernas. Así, ahora que ellos ya salen también por su cuenta, te pueden recomendar sitios geniales para ir.

Esto es lo que ha ocurrido con este local situado en el Paseo de la Castellana, 15, 28046 Madrid. Mi hijo Nacho fue a cenar allí una noche y les encantó, así que era una opción que teníamos pendiente.

El restaurante es sencillo, con toques vanguardistas decorado en verde con parrillas en cada mesa, ya que esta es la especialidad de la casa.

Comedor principal

También tienen unos reservados en la  parte del fondo del restaurantes para más personas con futones para sentarte.

Tras un aperitivo delicioso con fermentados, pasamos a pedir la comanda:

Nos centramos en su especialidad, of course, la carne de wagyu en diferentes versiones. Para empezar compartimos un Kimchi de aguacate. El kimchi es una col china deshidratada y fermentada condimentada con ajo, jengibre, salsa de pescado y chile coreano. Una delicia picante y crujiente (11 €):

Los platos tienen 100 g de carne cortada finísima que tú cocinas en la parrilla. Al ser una celebración familiar nos estiramos un poco más y pedimos el Wagyu de solomillo (53 €):




Y al ser cuatro pedimos también el Wagyu de lomo bajo (43 €):


La verdad es que estaba de escándalo. No tiene ningún misterio de preparación, sólo dejarlo un instante en la parrilla y que se cocine muy poco. La carne es pura mantequilla:


Es como comer pipas, así que, tuvimos que pedir una ración más, esta vez de Secreto de Ibérico de bellota macerado en miso(18 €):


También probamos el Karubi Ramen, el famoso guiso casero de fideos con costilla de ternera que estaba para perder el sentido (14 €) para compartir los cuatro:


El ramen es la célebre sopa de costilla o pollo con fideos chinos. Los japoneses son muy estrictos con su dieta y el orden de ingestión de los alimentos no se deja al azar. Primero empiezan por los fermentados, para que el intestino se vaya preparando para la digestión. Luego siguen las carnes o pescados, de los sabores más suaves a los más fuertes o picantes. Y para finalizar, en Asia se come la pasta, sopa o los arroces.


De postre nos rendimos ante la Maceta de mousse de chocolate con café (8 €), una monada que daba pena romper:


Y la otra monada era el Momo o melocotón con mousse de vainilla bourbon (8 €):


Una gran celebración. Una experiencia gastronómica inolvidable. 

El jefe de sala japonés era absolutamente encantador. Nos comentó que estos yakiniku son parrillas tradicionales para ir en familia en ocasiones muy especiales o celebraciones y que el sushi y sashimi se pueden comer de forma más cotidiana. No se puede permitir a diario ir a las parrillas.


Trasladó nuestro agradecimiento al cocinero y éste salió a darnos las gracias pese a que sólo hablaba japonés... jajaja. Me encanta lo ceremoniosos que son los nipones.



No podía faltar mi fotografía de los baños, con el inodoro con chorro de agua limpiador.
 

El precio va en consonancia con la calidad de los platos y la escenografía del local. Es cierto que  reservamos con El tenedor y tenía un descuento de 25 € en Yums, pero también cenamos de locura. Salimos a 42 € por persona. La celebración del 27 aniversario de bodas lo merecía.


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