Descubrí este encantador café, panadería y restaurante de purita casualidad, aparqué el coche enfrente (C/José Ignacio Ávila, 3, 28043 Madrid) pues tenía que hacer unas gestiones en la zona y me llamó poderosamente la atención.
Al terminar de hacer mis cosas me fui a merendar y a comprar pan y bollería. Una delicia de lugar.
Estuve hablando con su dueño Louis (aun siendo francés le encanta que le llamen por su versión española Luis) un rato y me comentó que servían un menú del día casero muy riquito.
El local es acogedor, con mesas comunales, sillas descasadas y encanto francés. Su oferta en bollería también es francesa. De hecho, en el rato que estuvimos merendando allí entraron muchas clientas francesas a comprar el pan (buen augurio).
Pedimos café con leche y un pain de chocolate y, ¡sorpresa!, tenían Kouign Amann individual, así que no tuvimos más remedio que pedir uno para probarlo:
Se trata de una pieza de bollería tradicional bretona elaborada con mantequilla a cascoporro y flor de sal y que inmortalizó Amelie en la famosa película homónima. En Madrid es muy difícil de encontrar. No nos defraudó.
Llevamos pan para la cena (y el desayuno) y estaba delicioso.
En cuanto podamos nos acercaremos a probar su menú del día como nos recomendó el encantador Luis.
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