Una de las muchas costumbres que he heredado de mi madre es la de la merienda. Me encanta hacer una pausa a media tarde (si es después de una siesta ya es algo sublime) para tomar algo, salado o preferiblemente dulce.
Me encanta el café y también el té o las infusiones en general. Y si puedo acompañar de bollería, bizcocho, tarta o tortitas, me lanzo y ya prescindo de la cena.
Con una decoración cuidada, muy british, mezclando lo rústico del ladrillo visto pintado de blanco con las sillas descasadas, los cojines de tela de saco y las cretonas de rayas con objetos de anticuario como los samovares (en la foto de arriba a la derecha).
Tienen un amplio surtido de tés, más de 150 variedades de tes negros, verdes, blancos... que te puedes incluso llevar a casa.
Quedamos unas amigas del colegio y nos decidimos por Tés. Yo pedí uno negro Viaje a la India con Vainilla (3,2 euros), con su tetera metálica que da para dos vuelcos:
Compartimos una Carrot cake que no estaba mal, aunque las he probado mejores (5 euros).
Un sitio muy agradable para pasar la tarde. Estaba lleno con muchas meriendas, como la completa a 17,50 euros que habrá que ir a probar algún día. También tienen un brunch los fines de semana, previa reserva, y se puede comer al mediodía.
Muy recomendable: ***
Sitio web: pincha aquí
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