Paseando una noche por la alicantina y bulliciosa Calle peatonal de San Francisco, en el número 28, vi esta monada de restaurante que me entró por los ojos.
Una decoración tan cuidada y estilosa tenía que acompañar a una carta a la altura.
Al día siguiente nos acercamos allí a cenar y no nos equivocamos. Nos gustó mucho, mucho.
Pedimos un poco de picoteo, pues no teníamos mucho apetito al haber comido mucho ese día.
Nos trajeron unas croquetas buenísimas de Pollo al curry y de jamón al oloroso:
El plato estrella de la noche fue un Coulant de aceitunas negras con mozzarella, tartar de tomate, panceta ibérica y albahaca. Sin palabras...
El huevo a baja temperatura con parmentier de patata y trufa recién rallada estaba de escándalo:
También probamos su coca de pollo con parmesano y rúcula y las mini-hamburguesas de rabo de toro y de atún con mayonesa de kimchi y con wakame (algas muy sabrosas):
Como ya estábamos llenos no pudimos probar ninguno de sus postres, pero seguro que aprovechamos otra escapada a Alicante para probar más delicias de este coqueto restaurante.
Comentarios
Publicar un comentario