El Cochinillo De José María En Segovia



Este magnífico restaurante es un clásico de la ciudad de Segovia (España). En mi adolescencia y juventud era una parada obligatoria los fines de semana en la ruta de los bares por la ciudad romana.

Sus torreznos y escabeches que acompañan a un riquísimo Ribera del Duero -el Pago de Carraovejas, de factura propia- en la entrada del bar, tipo mesón, forman parte de mi memoria olfativa y gustativa.

Este es su famoso vino, cuyo viñedo y bodega se encuentran en Peñafiel (Valladolid).


José María Ruiz Benito es el alma máter de esta casa de comidas, abierta en 1982 en el corazón del casco viejo segoviano, junto a la Plaza Mayor.

Su cocina basada en la tradición ancestral castellana del asado en hornos de leña de corderos y cochinillos lechales, destaca por su honestidad y respeto a los ingredientes de la tierra.


Nada más sentarnos en su mesa, mientras leíamos la extensa carta con cocina tradicional y renovada, podíamos degustar una crema de queso manchego.


Elegimos de entrante unas verduras segovianas al natural en crujiente de tempura y miel de caña. Sus verduras ecológicas estaban muy ricas:


También pedimos una ensalada de la huerta para acompañar al manjar que era el objeto de nuestra visita: su majestad el cochinillo lechal asado. En la carta aparece como Cochinillo de nuestra corte y hornada denominación Marca de Garantía Cochinillo de Segovia. Este es el aspecto de la vianda (aunque sé que a muchas personas les espanta):


Si deseáis conocer más sobre esta tierna y lechosa carne os remito al enlace de su página web donde nos ilustra sobre todo lo relacionado con el cochinillo segoviano (pincha aquí).

La ternura de la carne hace que se pueda cortar con un plato. no es un postureo o una pose de José María (con el que me veis en la imagen). 



Él tuvo la gentileza de enseñarme cómo se corta el cochinillo con un plato, aunque he de confesar que al ser la primera vez que lo hacía el resultado fue la rotura de la fuente de barro en la que se asa el cochino.


Mirad qué ternura y jugosidad tiene la carne del cochinillo asado, simplemente con agua y sal.

En primer plano la llamada oreja hueca, un manjar

Para finalizar con otro clásico segoviano degustamos la Tarta Ponche con crema de vainilla y helado:


Y otro postre más novedoso, el Chocolate tres texturas con gominola de albaricoque:



Para acompañar los postres, José María nos ofreció un vino dulce de reciente elaboración, el Verdling:


No puedo más que recomendaros esta excelsa casa, donde os acogen con hospitalidad y os ofrecen lo mejor.

El precio: 35-40 euros

Entrada dedicada a mis dos Antonios: mi padre y mi suegro, ya fallecidos y a los que les encantaba este lugar.

Paté de cochinillo servido como entrante mientras leíamos la carta

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